Chica haciendo ejercicio en la cinta de correr

Adiestrar en una cinta de correr puede parecer un ejercicio simple y sin demasiados trucos. Sin embargo, teniendo presente ciertos consejos y alterando determinados hábitos o planes, es posible mejorar el desempeño, quemar más calorías y sacar mayor provecho a este ejercicio.

Correr en una cinta puede servir como entrenamiento principal o bien como complemento. Su función no se limita a programas graduales para progresar el desempeño o correr un maratón, sino más bien también sirve para adelgazar, robustecer los músculos, combatir la celulitis y fortalecer el corazón.

La mejor manera de empezar a emplear adecuadamente la cinta de correr es evitando los siguientes 7 errores:

1. No tener un plan

Ponerte a la cinta y comenzar a correr hasta el instante en que el reloj reloj cronómetro lo indique o el cuerpo lo resista no es la mejor idea. Además de ser aburrido, este procedimiento no deja robustecer el entrenamiento. Tener un plan ayuda a variar los ejercicios y a prevenir lesiones. Una buena idea es encontrar una rutina de dos o tres días a la semana, con carreras de diferente tipo y suficientes intervalos. Pueden combinarse carreras largas o de progresión, intervalos, tiradas cortas… El entrenamiento del cuerpo adquiere mayores beneficios cuando se enfrenta a nuevos desafíos y a variados ejercicios.

2. Eliminar el precalentamiento

Uno de los fallos más usuales es querer alcanzar demasiado veloz un ritmo insostenible. Además de llevar al agotamiento, esto hará que nos encontremos caminando poco tras haber comenzado. Para evitar que esto ocurra es esencial comenzar por caminar, acrecentando progresivamente a un trote durante los primeros 5 minutos. Tras correr 1 km acelerar y asimismo acentuar el entrenamiento. Además de quemar más calorías, este procedimiento es seguro para el cuerpo, protegiendo las articulaciones y los músculos. El proceso de enfriamiento precisa del mismo proceso, trotando o caminando durante 5 minutos.

3. No inclinar la cinta

Las cintas de correr tienen niveles de velocidad y de inclinación. En general los de inclinación habitúan a ignorarse. Al correr en el gym, se evita la resistencia al viento o a las pendientes del suelo que se encuentran al aire libre. Por tal motivo, es ideal diseñar entrenamientos combinando niveles de velocidad y asimismo inclinación trabajando más intensamente isquiotibiales y glúteos.

4. Sujetarse

Al sostenerse de los lados no solo se dificulta el ejercicio sino más bien se daña la postura. El balanceo de los brazos es tan esencial como el movimiento de las piernas y deben ser ordenados para evitar lesiones. Mantenerse al correr traslada parte del peso anatómico a los brazos, reduciendo la cantidad de calorías quemadas. En el caso de no poder evitarlo, es esencial implicar los músculos de los hombros y brazos para mantener su paralelo con las piernas. La fuerza de los abdominales es de máxima importancia para mantener el centro y realizar la fuerza recomendable.

5. Pensar demasiado los pasos

Los pasos en la cinta de correr

Cuando decidimos correr, por lo general, las piernas generan un ritmo por sí solas. Muchos atletas tienden a realizar pasos demasiado largos, adelantando la carrera. Forzar demasiado los pasos puede dañar las rodillas o causar un mal movimiento. Al correr una colina es esencial acortar los pasos, para sentirse más seguro y no correr riesgos.

6. No emplear la cinta entera

Correr pegado al rail es bastante normal, sobre todo tratándose de carreras con mucha velocidad o a un ritmo notable. Lo cierto es que este hábito dificulta la movilidad de brazos y piernas. Lo ideal es aprovechar toda la longitud de la cinta, principalmente en aquellas carreras más ligeras que lo dejen y generen mayor seguridad.

7. Inspeccionar la respiración

De la misma manera que las piernas, los pulmones habitúan a amoldarse y realizar su trabajo prácticamente por instinto. El cuerpo es muy inteligente y por tanto, capaz trabajar para incorporar todo el aire que precisa. Lo ideal es mantener la calma y evitar ejercicios superficiales de respiración principalmente en los esprint. En las recuperaciones es posible frenar aún más la respiración, aspirando de forma profunda por la nariz y exhalando por la boca.

Reconocer y corregir estos fallos en la cinta de correr es indispensable para robustecer su utilización y aprovechar al máximo sus beneficios. Aparte de esto, conocer la forma recomendable de entrenar en la cinta, ayuda a prevenir lesiones, amortiguar el esmero y progresar el desempeño.